miércoles, agosto 23, 2006

El juego de las alfombras





El juego consiste en que hay que ganar algo de terreno en tu espacio de trabajo cada vez que no te vean tus compañeros ,o sea robarles tantita alfombra , hasta conseguir lo máximo que puedas

http://biboz.net/juegos/alfombras

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10 comentarios:

Kekita dijo...

Los muñequitos hacen trampa, voltean muy rápido y me cachan robándoles alfombra jaja.

Dr. Fierro dijo...

jaja. bastante bueno el jueguito (y muy parecido a lo que pasa en la realidad)

Salu2

Anónimo dijo...

Nos estás enseñando cosas feas, como robar.... o perder el tiempo jugando en vez de produciendo... :)

Workaholica dijo...

Jajajaja..... sólo logré que los hombres trajeados levantaran su manita y me regañotearan ....

(¿Será que ese es mi karma?)

XN dijo...

ok, trataré de hacerlo porque no soy buena con los juegos de internet..nada mas con el dominó

Kix dijo...

:-P Mejor no le intento porque si no sí me van a cachar!

Anónimo dijo...

mi score, 3 700!
jajaja
Saludos Sack

Angeek dijo...

Como ya sabes soy muy mala para los juegos. Lo bueno que yo trabajo sola, así que no tengo que robar espacio...ja,ja
¡Saludos Zack!

Raúl Leonel dijo...

Me cacharon muy rapido ¬¬

Anónimo dijo...

"Sorpresa tuve ayer, domingo, mientras leía el más reciente número de Proceso.
Llegué al artículo semanal de Germán Martínez Cázeres, La Iglesia y el Placer Sexual, y me encontré con una pieza lúcida en la que el autor critica el rechazo de sectores conservadores a la distribución de un libro para secundarias oficiales. Conforme leía el artículo, se me movía el tapete de mis prejuicios:

¡Qué cosas! –me dije- ¡Y yo, que hasta hace unos minutos afirmaba que el joven Germán era un insulso tejedor de tonterías! Pues no, es un muchacho brillante, libre pensador, progresista, capaz de reconocer y atacar la doble moral de la derecha más recalcitrante.

El joven Martínez (sin relación alguna con Fiodor), es diputado del PAN y representante de ese organismo ante el Instituto Federal Electoral , a la vez que uno de los más cercanos colaboradores del candidato de Acción Nacional a la presidencia de la República.

En esta crisis política y social en la que nos encontramos, Germán ha sido no tanto un operador, no tanto un protagonista, sino un vocero fiel, eficiente y efectivo del discurso panista. Ha sabido transmitir las ideas principales del equipo de campaña de su candidato, a la vez que se ha vuelto el más competente defensor de la posición de su partido ante los reclamos de la izquierda y de muchos ciudadanos que no militamos en partido alguno.

Gracias al joven Germán, corroboré los principios que me impiden entregar mi voto al candidato de Acción Nacional (de la misma manera –y con mucha razón- otros se negaron a apoyar al candidato de la Coalición por el Bien de Todos, apenas escucharon a Arturo Núñez y a Ricardo Monreal, personajes impresentables de la política mexicana).

Muy mal, Agustín, muy mal! –me decía mientras apuraba la lectura del artículo de marras-. Te has dejado llevar por la pasión y has cerrado tus oídos y tu mente a las palabras del joven Germán… ¡por el solo hecho de pertenecer al grupo de tus adversarios!

Bien te mereces este auto-jalón de orejas, para que seas más humilde y tengas la capacidad de reconocer que un hombre puede no compartir ciertas de tus ideas y, a la vez, coincidir contigo en otros puntos importantes, tan importantes como la educación sexual de los adolescentes y el derecho de cada persona al placer y al gozo de su cuerpo.

Hoy, pues, estuve a punto de expresar públicamente mi reconocimiento a la posición progresista del joven Germán Martínez, mi reconocimiento a su valor para manifestar respeto por las libertades individuales y para defender con inteligencia singular el derecho del estado mexicano a proveer de información a niños, adolescentes y jóvenes sobre temas caros a la felicidad humana.

No pude hacerlo, querido lector.

Descubrí esta mañana que La Iglesia y el Placer Sexual no fue escrito por Germán sino que su autor es, claro, Miguel Ángel Granados Chapa, uno de los pocos periodistas que en México me merecen respeto y mucha admiración."

Por error, la revista Proceso adjudicó la autoría del mencionado artículo al diputado azul.

Yo sólo espero que la madre del joven Germán no haya desayunado el domingo con la lectura de dicho semanario, porque en ese caso no dudo de que la buena señora habrá llorado en misa:

-¡Dios mío, Señor Rey de los Ejércitos, Germancito se me está volviendo comunista!

Al regresar de la liturgia, la señora habrá platicado del asunto con el padre de Germán. Cinturón en mano, el señor habrá entrado a la recámara del joven, lanzándole el Proceso a la cara, para hablar de hombre a hombre.

-¡A ver, muchacho cochino! Tú te estás masturbando, ¿verdad?