Dejar de Fumar I

Los beneficios de abandonar el hábito tabáquico son inmediatos y se pueden apreciar desde las primeras horas, así:

A los 20 minutos después del último cigarrillo, la temperatura de las manos y de los pies sube hasta alcanzar la temperatura corporal media.
Pasadas 8 horas se normalizan los niveles de oxígeno y monóxido de carbono en sangre.
Después de 24 horas el riesgo de muerte súbita disminuye.
A las 48 horas mejoran el gusto y el olfato.
Tras 2-3 semanas, la circulación mejora y las funciones pulmonares se incrementan un 30%.
De 1 a 3 meses después aumenta la capacidad física y respiratoria.
A los 3 años la tasa media de enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio, angina de pecho, etc), disminuye a niveles similares a los de no fumadores.
A los 5 años, el riesgo de cáncer de pulmón, laringe y esófago se reduce a la mitad.

Usted lleva muchos años fumando. No se precipite, prepárese para alcanzar el éxito.

Fije una fecha para dejar de fumar (dentro de 2 ó 3 semanas). Ese día usted no debe de estar sometido a estrés ni a compromisos sociales, el momento ideal podría ser el comienzo de unas vacaciones o de un fin de semana. A partir de este día dejará el tabaco totalmente y de golpe. El abandono gradual, salvo excepciones, no suele dar buenos resultados a largo plazo. Esta fecha es inamovible.
Puede establecer un acuerdo con algún familiar o amigo con el que se comprometa a sí mismo a dejar de fumar (puede poner a otro amigo como testigo o hacer una apuesta con él) (ver anexo 5).
Comience por no fumar automáticamente. Para ello anote en un registro (ver anexo 6) durante 7 días los cigarrillos que fuma, dónde, cuándo y cuánto los disfruta (en una escala de 1 = muy poco a 4 = mucho), si consigue no fumar un cigarrillo, anote qué ha hecho para superarlo. Observará que son muy pocos los cigarrillos que realmente disfruta, y muchos los que enciende de un modo automático relacionados con determinadas actividades, y de los que tan apenas se da cuenta que los está fumando.

Los días previos a dejar de fumar (las dos semanas previas), intente:

Colocar el tabaco en lugares poco accesibles.
No comprar un paquete de tabaco hasta que se haya fumado el último cigarrillo del paquete anterior.
No comprar dos cajetillas seguidas de la misma marca (y cambiar a ser posible por marcas que le agraden menos).
Fumar tabaco con filtro, especialmente de carbón activado.
Si desayuna o almuerza cerca del lugar de trabajo, algún día procurar no llevárselo.
No fumar en las sobremesas. Después de comer o cenar lávarse los dientes, beber abundante agua y esperar cinco o diez minutos.
Imponerse horarios para no fumar (por ejemplo no fumar en las horas pares).
Proponerse fumar dos o tres cigarrillos menos cada dos días.
Desde que aparece el primer impulso de fumar hasta que se fume el primer cigarrillo, esperar 1 ó 2 minutos, realizar 3 ó 4 inspiraciones profundas, y pensar si realmente lo necesita.
No tragarse el humo.
Retirar el cigarrillo de la boca entre calada y calada y fumar con la mano contraria a la que lo hace habitualmente.
Tirar las colillas cada vez más largas (en el último tercio de cigarrillo, es donde están el mayor número de sustancias tóxicas).
Hacer algún ejercicio de relajación, como realizar inspiraciones profundas (hacer entrar el aire en los pulmones y expulsarlo lentamente), repetir esta operación 2 ó 3 veces seguidas.

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CONTINUARÁ