Dejar de fumar 2

Al acercarse el gran día, tal vez dude sobre su capacidad para dejarlo, de su voluntad. No se preocupe, es normal que esta decisión le plantee ciertas dudas. Cuando éstas aparezcan piense: Lo voy a conseguir, Si otros lo han conseguido, yo también puedo, no soy menos que nadie, He hecho cosas más difíciles, Perderé la apuesta si no lo consigo. Es muy importante que por ahora, cambie o sustituya temporalmente los hábitos que relacionaban su vida con el consumo de tabaco por otro tipo de actividades. Comunique su decisión a los que le rodean: su familia, sus compañeros de trabajo, etc. Es importante que ellos le ayuden. Revise sus registros de cigarrillos fumados, vea en qué momentos disfruta más de los mismos, y decida cómo va a enfrentarse a esas situaciones que quizá, sean las más difíciles a las que ahora tenga que enfrentarse: los bares, el primer cigarrillo de la mañana, el de la sobremesa, etc. Haga varias copias de su lista de razones para dejar de fumar y colóquela en los sitios en los que usted fumaba con más frecuencia. Retire de su alcance los encendedores, ceniceros y cualquier otro objeto relacionado con el tabaco de manera que a la mañana siguiente, no tenga a mano nada relacionado con el mismo. Prepárese para mañana: Cómprese un pasta de dientes de sabor fuerte. Provéase de zumo de frutas, pastillas de regaliz, chicle o caramelos sin azúcar, enjuagues o spray bucal e incluso de vegetales que guste de comérselos crudos, etc. Coloque colillas en un bote de cristal transparente, que se pueda cerrar herméticamente. Le recordarán la suciedad que provoca fumar. Lave o lleve a la tintorería aquellos trajes que huelen a tabaco. Cree un ambiente limpio y fresco a su alrededor. Cuando fume, antes de aspirar el humo, manténgalo un tiempo más largo en la boca, comprobará que el humo del cigarrillo no es tan placentero como parece. La noche anterior al día elegido para dejar de fumar podría intentar "impregnarse" de nicotina ("pseudointoxicarse" de nicotina), de tal modo que a la mañana siguiente, al levantarse de la cama, tendría niveles de nicotina en sangre más altos de los habituales, por lo que sus deseos de fumar serían menores. MUY IMPORTANTE: Antes de recomendar la realización de este ejercicio es muy importante que se asegure de la inexistencia de algún tipo de patología bronco-pulmonar y/o cardiovascular en su paciente, del mismo modo que debe advertirle sobre la necesidad de interrumpir el ejercicio en caso de comenzar a encontrarse mal durante la ejecución del mismo). El ejercicio consiste en fumarse 2 ó 3 cigarrillos rápidamente, sin tan apenas descansar, y después fumarse otro cigarrillo despacio, manteniendo el humo en la boca el mayor tiempo posible. Siendo éste el último cigarrillo que se fume. Planifique guardar diariamente el dinero que antes se gastaba en tabaco en una hucha, verá como crece rápidamente. Calcule el precio en cigarrillos de algo que usted desea poseer desde hace tiempo. Determine con cuanto tiempo de abstinencia podría conseguirlo (un fumador medio de 20 cigarrillos/día de tabaco negro gasta unas 62.000 pts/año y si es de tabaco rubio unas 120.000 pts/año, cálculo para el precio aproximado de 1997). Inviértalo en comprarse un capricho para usted, algo que le apetezca.